La obesidad es una enfermedad crónica, caracterizada por un exceso de grasa corporal, no obstante su importancia radica en que es un claro factor de riesgo de diversas alteraciones metabólicas como la resistencia insulínica, las dislipemias, la hiperuricemia, el hígado graso o la hipertensión, aumentando su morbimortalidad.
La obesidad es multifactorial y plurimetabólica. el tratamiento desde la medicina integrativa está orientado a la restitución de la salud, partiendo de un diagnóstico integral en el que se analizan la genética, la fisiopatología asociada, el estilo de vida y el entorno del paciente. Para ello, el abordaje será multidisciplinar, con apoyo psicológico, un programa de educación nutricional adaptado a la genética y al entorno del paciente y un tratamiento médico en el que se utilizarán las alternativas menos invasivas, orientadas a conseguir el equilibrio metabólico, como puede ser la utilización de aminoácidos para controlar el apetito.
También sabemos que problemas de regulación en respuesta al estrés y asuntos emocionales pueden provocar desórdenes alimentarios. es habitual relacionar el estrés con el aumento de peso y la obesidad. Gran cantidad de personas desarrollan antojos por la sal, la grasa y el azúcar para contrarrestar la tensión y además, esto se acompaña con un estilo de vida sedentario. Es por ello que ganan peso. No obstante, la ganancia de peso puede acontecer en algunas personas expuestas al estrés incluso con una alimentación saludable, debido a que tienen una determinada carga genética que les condiciona a tener esta alteración de regulación neuroendocrina. En estos casos, las técnicas de coherencia cardiaca pueden se claves en el tratamiento, dando al paciente nuevas herramientas terapéuticas para controlar su estrés y ansiedad.